La Oktoberfest de Múnich, la más popular y tradicional fiesta cervecera del mundo, arrancó hoy con el ritual grito del “O’zapft” (“está abierto”) con que el alcalde, Christian Ude, encajó a mazazos el grifo en el primer barril y empezó el fluir cervecero.
Se estima que siete millones de visitantes de todo el mundo visitarán desde este sábado y hasta el próximo día 7 de octubre el recinto de la “Wiesn”, como se apoda a la Theresienwiese o Prado de Santa Teresa donde tiene lugar la fiesta.
También se espera, un consumo “mínimo” de 6,5 millones de litros de cerveza, pese a que este año el precio de la “Mass” o jarra de un litro de cerveza se situará entre los 9,20 y los 9,50 euros, un precio superior al del año pasado.
A la millonaria cantidad de cerveza, que da nombre e identidad a la fiesta, se debe sumar que los visitantes consumirían alrededor de 30.000 kilos de pescado, 330.000 salchichas y 80.000 litros de vino, de acuerdo al cómputo de años anteriores.
Esta tradicional fiesta nació en 1810 con motivo del matrimonio entre el Príncipe Luis I de Baviera y Teresa de Sajonia y Hildburghausen, que culminó con una carrera de caballos.
